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Cámara pérdidas y desperdicios de frutas, verduras, raíces, tubérculos y legumbres. 


Pérdidas y desperdicio de frutas y verduras aumentó un 16%.



Entre 1.986 y el 2.016 la pérdida y desperdicio en frutas y verduras en Colombia llegó al 58%. Aumentó un 16%.

En el sector de frutas y verduras colombiano, algo se está haciendo mal; realmente no avanzamos en producción para mercados internos y externos, a pesar que, del 2001 al 2012, las frutas tuvieron un incremento del 50% en producción y un crecimiento promedio anual del 3,87% según cifras del Ministerio de Agricultura, Estadísticas del Sector Agropecuario 2012. Base de Datos Frutas y Hortalizas.

Pero según cálculos del Departamento Nacional de Planeación, DNP, 2.016, de 10.434.327 Ton. de frutas y vegetales, consumo potencial anual nacional, actualmente se pierden y desperdician: 6.081.134 toneladas, el 58%.

Y en raíces y tubérculos, consumo potencial anual, 4.938.546 Ton., se pierden y desperdician 2.406.764 toneladas, el 49%.

Estas pérdidas, generan más costos, y bajos precios al productor, reduciendo la rentabilidad de su actividad.

Generan precios altos al consumidor, restringiendo la demanda.

En Colombia existen normas de calidad para alistamiento, consolidación y empaque de frutas y hortalizas desde 1970, en el ICONTEC.

Pérdida y desperdicio, dos conceptos diferentes en la cadena alimentaria: 

Pérdida: Disminución de los alimentos para consumo humano, por ineficiencias en las agro cadenas de un lado, en la producción de frutas, verduras, raíces y tubérculos y su pos cosecha, incide el atraso en acceso a tecnología, conocimiento de procesos productivos y en la logística de alistamiento, consolidación y distribución. Y de otro lado, el procesamiento industrial.

Desperdicio: Son los hábitos de compra, consumo y manipulación de alimentos en la distribución y su comercio al detal (retail) en supermercados, tiendas de barrio, plazas de mercado y hogares.

Hace 30 años esas pérdidas eran preocupantes y amenazantes, un 42%, según cifras de Minagricultura en la época. Hoy, 20 años después del inicio del Fondo Nacional de Fomento Hortifrutícola -mecanismo creado para ajustar esa situación- los resultados son catastróficos.

Según investigación del IMechE[i], de diciembre del 2014, establece que “hasta el 50% de las frutas y verduras que se producen en la India y el África subsahariana se desperdician” por falta de red de Frio. El mismo estudio dice “Según el Ministerio de Salud y la FAO (2012)[ii] en Colombia se desperdiciaron en la poscosecha 1.4 millones de toneladas de alimentos, entre frutas y verduras, lo que es paradójico en un país que tiene niveles de pobreza extrema del 9%.

Somos primeros en pérdida y desperdicio de frutas y vegetales, para los países en desarrollo.  

La fruticultura colombiana tiene en marcha dos estrategias: “la Apuesta Exportadora Frutícola”, es un proceso de concertación entre el Ministerio de Agricultura, el Departamento de Planeación Nacional, las secretarías de agricultura y un gremio del sector, y “el Plan Nacional Frutícola” acción gremial complementaria. Sobre estas estrategias se construyeron acuerdos de competitividad. Los resultados de “perdida” y “desperdicio” van en contravía de los acuerdos de competitividad, perjudicando eslabones de las agro cadenas y sus metas de crecimiento.

Causas de estas pérdidas y desperdicios se encuentran en aditivos, empaques, embalajes y materiales en contacto con alimentos, así como los estándares de las grandes superficies y la negligencia de los consumidores.

CORABASTOS, procuró reducir la tasa de pérdida y desperdicio de frutas y vegetales, introdujo el ingreso de estas, en canastillas plásticas rígidas. Tuvo éxito en la estrategia, sin embargo, el comercio generó malas prácticas de manufactura y en sistemas de gestión de calidad e inocuidad (ver fotos) desvirtuándose los procesos de post cosecha, trasladando daños al resto de la cadena.

Hay soluciones para reducir valiosos puntos porcentuales de estas pérdidas. Las medidas deben ser dirigidas, en primer lugar a una solución trasversal inherente a las cadenas de frutas y verduras:

Se trata de reglamentar, de forma firme, el uso de agro empaques del tipo perdido (se van y no vuelven) en cartón, madera y plástico flexible; considerando estándares globales que involucren materiales, diseño, contenidos netos, alistamiento, consolidación, inocuidad, fitosanidad y las consideraciones de OIT y el Comité Internacional del CODEX ALIMENTARIUS para este rublo, desde el lugar de origen de los productos.

Y prioritario, también, juntamente con los empaques tipo perdidos, reglamentar la forma de: cargar, trasportar y descargar frutas y verduras, evitando el apilamiento y cualquier práctica que dañe los alimentos.

Posteriormente, implementar medidas al productor y comercializador, a fin de mejorar técnicas de cultivo, para lo cual es prioritario que el Fondo Nacional de Fomento Hortofrutícola, juntamente con el Ministerio de Agricultura, den un viraje y profundicen en la adopción de Buenas Prácticas Agrícolas, Manejo Integrado de Plagas (MIP) y Manejo Integrado de Cultivos (MIC), mediante la adopción de enfoques de manejo preventivo en sanidad agrícola.

Seguidamente, reglamentar las instalaciones de alistamiento o Packing House considerando centros de atmósferas controladas, cadenas de refrigeración considerando los sistemas frigoríficos por evaporación, los cuales permiten la conservación de frutas y hortalizas entre 30 y 90 días.

Finalmente, tal como recomienda el DNP, vincular a las cadenas de supermercados y distribuidores en iniciativas de sensibilización en materia de informar a los hogares de los consumidores cambiando el comportamiento que provoca los altos niveles actuales de desperdicio.

Se debe priorizar la solución, cadena por cadena, iniciando con los productos más perecederos, como la mora, fresa y rambután, por ejemplo.

Las frutas y vegetales son productos perecederos no tan resistentes, por lo que se necesita procedimientos adecuados en la cosecha, alistamiento, transporte y comercialización. En caso contrario dejan de ser adecuados para el consumo humano.